Si vas subiendo...agárrate bien!
Reflexión a partir de la imagen de una escalera para referir temas de ética y moral. Ensayo realizado para la maestría. Seguimos escribiendo...(imagen tomada de behance.net.) |
Recientemente
estuve de visita en casa de mi hermana y me encuentro que mi pequeño sobrino
estaba subiendo las escaleras de su casa; la escena generó cierta polémica
porque representaba un riesgo a su seguridad. De pronto me pregunto ¿por qué
subía? si abajo tenía todos sus juguetes para distraerse. Bueno, en uno de los peldaños
de la escalera se detuvo cuando vio a mi hermana bajar y con mucha alegría y
sorpresa gritó ¡mami!.
Ahora entendí. Buscaba algo, la quería a ella, que representaba su mayor deseo en ese momento. Él sabía que eso que necesitaba estaba arriba, y sin miedo, con la inocencia propia de un niño sólo se decidió a subir.
Ahora entendí. Buscaba algo, la quería a ella, que representaba su mayor deseo en ese momento. Él sabía que eso que necesitaba estaba arriba, y sin miedo, con la inocencia propia de un niño sólo se decidió a subir.
Esta
situación típica en el proceso de curiosidad y crecimiento de un niño, la podemos
trasladar a todas las etapas del ser
humano. Definitivamente algo siempre pareciera que nos empuja a buscar arriba,
algo nos dice que hay que subir, porque cada vez que subes te acercas a lo que
quieres. Podemos decir entonces que ese deseo y necesidad, nos acercan como
humanidad. Estamos en la búsqueda constante de alcanzar la cumbre, de llegar a
ese Everest personal.
¡Qué
increíble! Sólo basta definir lo que queremos y ponernos en acción para colocar
el pie en el primer escalón. Sencillo no? Bien, la situación viene cuando en
ese primer peldaño de la escalera no estamos solos, resulta que nos encontramos
con unos cuantos más que desean y necesitan también ese objetivo que visionamos…interesante.
Ahora ya no es solo lo que quiero sino qué estoy dispuesto hacer para
conseguirlo.
Comenzamos
a revelar de qué estamos hechos. Cualidades, capacidades, actitudes y aptitudes,
que nos proyectan ante todo como seres humanos; humanos con libre albedrío que
tenemos la posibilidad de elegir y por lo tanto de equivocarnos. Que podemos
transitar ese paso a paso de la escalera con la convicción de ir por lo que
queremos para consolidar lo que somos.
Les
planteo un escenario común; se trata de dos empleados buscando la oportunidad
de ser gerentes de su área y toman el reto personal de ir tras ello. Uno de los
empleados puede sentir la amenaza y se decide a escalar rápidamente, llegar
primero y una vez allí cierra los caminos para que el otro no tenga la
posibilidad de escalar tan alto como él. Hay miedo, hay ego, inseguridad. He
allí, una realidad palpable y frecuente en el campo laboral. Una persona que
practica para sí, un concepto de ética marcado por la mediocridad, alimentado
por las ansias de poder. Por eso dicen que hay que estar bien consigo mismo, para poder estar bien con los demás.
En la
situación ideal aceptaríamos que si bien hay un solo puesto para muchos, hay
que andar ese recorrido, acompañados de nuestros principios y valores. Entender
que es una actitud de vida practicar lo bueno, considerando ante todo al que
tenemos al lado, pues también tiene el derecho de llegar a ser lo que
esencialmente es. Y hay quienes puedan
preguntarse ¿por qué? Si ya yo conseguí lo que quería y estoy bien.
Resulta
que no estamos solos en este mundo, que formamos parte de un todo, de una sociedad
que espera y necesita de la participación de todos. Requerimos por tanto
comprometernos con lo verdadero, que en cada acción se tenga presente la
búsqueda de un porvenir mejor. Para ti y para el de al lado.
Escaleras
para subir o de pronto parar, mirar un instante arriba y un día, saltar más
alto para subir un escalón más, con mayor o menor dificultad, pero
arriesgándonos porque estamos listos para ser mejores y compartir el éxito. Es nuestra decisión,
depende de nosotros mismos cumplir con nuestras aspiraciones personales, sin
condicionarnos a actuar bajo el temor de las consecuencias.
Nada
más placentero que disfrutar del gozo de una ética personal sana, que nos haga
sentir satisfechos en esa escalada de atrevernos a ser feliz.
¡Gracias
a Dios esta Escalera tiene pasamanos para agarrarnos en esta subida, no vaya hacer que
en una de esas, alguien sin ética, nos trate de empujar!.
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